Y se nos vino el 18, fiesta tan esperada por más de la mitad de la población de nuestro país. A 201 años de la independencia (mentira, de la primera Junta Nacional de Gobierno nomas), los festejos ya se sienten por todos lados.
Las calle llenas de baderitas tricolores, hasta de los autos flamean las insignias patrias, pero de chilenidad no se si tenemos mucho; la tradicional cueca, ese baile nacional que tan pocos saben bailar, se cambia por el sonido de las cumbias, ahora con regaetón y hasta su paso loco de los Wachiturros.
El otro día el vendedor de una botillería me dice: "Esta es mi fiesta favorita, ¿sabe usted por qué?", en mi mente todavía pensaba el por qué me trataba de usted si podria ser mi papá, pero rápidamente él me dice: "Porque es la única de las festividades en que la gente solo se preocupa de pasarla bien, no de endeudarse en regalos y cosas por el estilo, es que todos salen a festejar sin mayores preocupaciones".
Después yo pensaba, y realmente tenía toda la razón, no compramos ningún regalo, al contrario, todo nuestro dinero va destinado a emborracharnos y a comer hasta que no podamos más... Así que pretendo disfrutarlo como tal, hoy mismo me voy a comprar carne y alcohol, a racionar mis finanzas para poder salir todos los días aunque sea a tomarme un vasito de chicha o del actualmente popular terremoto, total, 201 años no los cumple cualquiera.
Lo que más agradezco de este año de festejos, es que pasamos los 200 años, la verdad que el dichoso Bicentenario ya me tenía podrido. Así que celebrar con todo, a comprar sus banderitas, toda la carne que puedan comer, chicha, cola de mono, terremoto y demases... y porsupuesto a bailar una patita de cumbia, o de cueca pal que sepa. Felices fiestas... y !Salud!
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